La curación, parte integrante de la salvación, es inherente a la teología de la Ciencia Cristiana. La curación incluye el abandonar todo lo irreal, todo lo desemejante a Dios y Su creación, y aceptar lo real.
Cristo Jesús enseñó: “Yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia”. Mateo 10:7, 8; Y la Sra. Eddy nos asegura: “Posible es, — sí, es deber y privilegio de todo niño, hombre y mujer,— seguir en cierto grado el ejemplo del Maestro mediante la demostración de la Verdad y la Vida, la salud y la santidad”. En la misma página agrega: “Oíd estos imperiosos mandatos: ‘¡Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto!’ ‘¡Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura!’ ‘¡Sanad enfermos!’ ” Ciencia y Salud, pág. 37;
La práctica en bien propio podría decirse que es el obedecer el mandato de Jesús de echar la red a la derecha, y la práctica pública el dejar las redes. La práctica en bien propio por lo general lleva de manera natural hacia la práctica pública. Para estar preparados para esta práctica debemos esforzarnos por lograr perfección en todo lo que a diario hacemos.
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