El mismo Amor,
que prepara el corazón
con buena disposición para el último maravedí pagar,
ese mismo Amor
corriente de ideas infinitas ha de derramar.
Y la determinación sincera, salpicada de humildad,
encuentra justo el maravedí necesario
para su deuda pagar con
amor de ese mismo Amor.
Y habiendo amado lo bastante
para la deuda entera cancelar,
el abrazo de ese mismo Amor
sentimos en su totalidad.