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¿Cuál es el efecto de nuestra oración por la humanidad?

Del número de octubre de 1989 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Ora usted todos los días? De todos modos, ¿cuál es la importancia de la oración? ¿Y qué es la oración?

Estas pueden ser preguntas difíciles. Pero a pesar de la diversidad de opiniones, probablemente todos coinciden en que la oración implica comunicarse con Dios. Entonces, podemos preguntarnos, ¿quién está efectuando la comunicación? ¿Soy yo solo quien habla al orar? ¿O es Dios?

Si Dios se está comunicando, deberíamos escucharlo. A medida que escuchamos la voz de Dios, a medida que nuestro pensamiento es confortado y guiado por la sabiduría y el amor divinos, sentimos que estamos cerca de El. ¿Puede haber algo más grande que sentir la cercanía, la presencia misma de nuestro Padre-Madre Dios?

Las veces que he escuchado a Dios me ha ayudado de muchas formas. Algunas veces he tenido curaciones físicas debido a un entendimiento más profundo de Dios. Otras veces he buscado orientación y he encontrado un sentido de dirección y propósito. Y otras veces he visto a mi prójimo bajo otro aspecto, he tenido vislumbres del hombre como la idea espiritual y perfecta que Dios realmente creó. El percibir la verdadera identidad del hombre como hijo espiritual de Dios puede muy bien formar parte de la oración. Saber que Dios es nuestro Padre-Madre es comprender que en verdad somos Su linaje, el hombre creado a Su imagen y semejanza. Ver Gén. 1:26, 27.

Uno de los dos grandes mandamientos que Cristo Jesús nos enseñó, nos exhorta a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Ver Marcos 12:29–31. Amarse a uno mismo es, en cierta manera, orar por uno mismo. Y en la proporción en que nos amamos a nosotros mismos, estamos más capacitados para amar a los demás. Una cosa depende de la otra. Ya sea que se trate de usted mismo, de un miembro de su familia, de un miembro de la iglesia o de alguien en otro estado o nación a quien ni siquiera conoce, todos están dentro del alcance de su amor y de su oración. Orar por la humanidad implica reconocer que todos somos, en realidad, los hijos bienamados de Dios; somos gobernados por El y obedecemos Su propósito.

La Sra. Eddy, escribe en el Manual de La Iglesia Madre: “Será deber de cada miembro de esta Iglesia orar diariamente: ‘Venga tu reino’; haz que el reino de la Verdad, la Vida y el Amor divinos se establezca en mí, y quita de mí todo pecado; ¡y que Tu Palabra fecunde los afectos de toda la humanidad, y la gobierne!”Man., Art. VIII, Sec. 4. Esta “Oración Diaria” demuestra amor e interés por toda la humanidad. Nuestra honestidad y sinceridad al expresar amor hacia todos trae bendiciones tanto para nosotros mismos como para los demás. Pude comprobar en mi propia experiencia cómo la oración puede bendecir a una gran cantidad de personas.

Generalmente, comienzo mi día orando y estudiando la Lección Bíblica del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Un día, mientras estaba orando, sentí la urgente necesidad de continuar orando más de lo acostumbrado. Era una fuerte necesidad de que yo viera con mayor claridad que todos los hombres son hermanos.

Medité sobre la respuesta de Jesús cuando le dijeron que su madre y sus hermanos deseaban hablar con él. Ver Mateo 12:46–50. Tal vez tuvieran temor de que su prédica lo pusiera en peligro y deseaban que regresara a su casa donde estaría a salvo. Pero continuando con su misión de amar, enseñar y sanar a la gente, él preguntó: “¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?” Y contestó a sus propias preguntas con esta importante lección: “Todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre”.

Además busqué muchas citas referentes a hermandad en Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. Dos de ellas en particular me hicieron reflexionar mucho: “Debiera entenderse a fondo que todos los hombres tienen una sola Mente, un solo Dios y Padre, una sola Vida, Verdad y Amor. El género humano se perfeccionará en la medida que se evidencie ese hecho, cesarán las guerras y se establecerá la verdadera hermandad del hombre” (pág. 467), y “Un solo Dios infinito, el bien, unifica a los hombres y a las naciones; constituye la hermandad del hombre; pone fin a las guerras; cumple el mandato de las Escrituras: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’; aniquila a la idolatría pagana y a la cristiana — todo lo que es injusto en los códigos sociales, civiles, criminales, políticos y religiosos; establece la igualdad de los sexos; anula la maldición que pesa sobre el hombre, y no deja nada que pueda pecar, sufrir, ser castigado o destruido” (pág. 340).

Cuando comencé a orar me sentía inquieta. Algo no estaba bien pero no sabía qué era. Pero al continuar estudiando la Biblia y Ciencia y Salud me sentí confortada y en paz. Sabía que todo estaba gobernado por un solo Dios, una Mente; que todos los hombres son hermanos y que el Amor divino es todopoderoso. Esa tarde pude ver claramente cómo se comprobaron esas verdades acerca de Dios y del hombre, y en qué forma sólo Dios estaba llevando a cabo Su propósito en el mismo momento en que la actividad terrorista era dirigida contra mi familia cercana y amigos.

Un terrorista disfrazado de militar norteamericano había entrado a las instalaciones de la OTAN donde trabajaba mi esposo. Este hombre había dejado un auto robado cerca del edificio de la OTAN (próximo a donde se encontraba la oficina de mi esposo y su auto). Un oficial alemán notó algo “raro” cuando esta persona salía por el portón, y en vez de no darle importancia procedió a investigar. La investigación reveló el hecho de que había un auto abandonado en la base y que, de hecho, era robado. Revisaron el auto y descubrieron que el baúl estaba lleno de explosivos que habían sido preparados para estallar a una hora determinada, ¡pero el reloj no funcionó!

Toda esta actividad terrorista y la investigación consiguiente tuvo lugar mientras yo me encontraba orando intensamente. Las verdades espirituales fueron más poderosas que cualquier fuerza destructiva. Mi gratitud a Dios por esta protección y mi amor por toda la humanidad crecieron a raíz de esta experiencia. Jamás sentí odio alguno por ese joven y sus cómplices que maquinaron tal destrucción. (Finalmente, fueron apresados por las autoridades.)

Como el himno 82 del Himnario de la Ciencia Cristiana dice:

Su propósito cumple Dios
en eterna sucesión.
Su propósito cumple Dios
y la hora cerca está.
Cerca y cerca la hora está,
en que el mundo aprenderá
que la gloria de Dios
por doquier siempre está
cual las aguas cubren el mar.

Cuando oramos por nosotros y por los demás, todos somos bendecidos por el propósito de Dios que se cumple eternamente.

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