¿Cuáles fueron los puntos claves y los desafíos de las noticias de ayer, o de la semana pasada, en su comunidad? ¿Cuáles son los desafíos crónicos que se deben realmente enfrentar y superar? ¿Qué han hecho ustedes para hacer saber a su comunidad que conocen esos problemas y que están haciendo algo al respecto?
Este es un ejemplo de lo que queremos decir. Hace unos días el titular de un periódico semanal de una ciudad decía: “Estudios realizados determinan que la apatía y el abuso de las drogas y el alcohol son los principales problemas de la ciudad”. Dos observaciones que describían problemas que afectan a los adolescentes de la ciudad eran muy reveladoras. Primero, el artículo decía: “En la comunidad se necesita algo, aparte de la escuela, que dé una respuesta a los niños”.
Si esta fuese su comunidad, ¿qué haría usted para hacer saber al público que su Sala de Lectura está pronta para responder?
La segunda observación era igualmente directa en su pedido de ayuda. “Los Servicios Sociales deben ser drásticamente mejorados en todos sus aspectos. Es preciso plantear este problema a fin de evaluar la experiencia humana en [la ciudad]”. Citado en The Andover Townsman, 12 de noviembre de 1987.
¿Cómo procedería usted para que la comunidad logre conocer lo que eleva la experiencia humana?
La necesidad de una Sala de Lectura activa es tan obvia como los titulares de nuestro periódico local. Para descubrir hasta qué punto es cierto esto, lea el próximo número de su periódico y marque con un círculo cada pedido de ayuda que se destaque a través de su lectura. (Se asombrará de la cantidad de círculos que deberá marcar.) A las Salas de Lectura activas se les pide tratamiento específico por medio de la Ciencia Cristiana.
Recientemente alguien nos preguntó si podíamos señalar una característica que tienen en común las Salas de Lectura que obtienen buenos resultados. Vinieron al pensamiento varias Salas de Lectura muy eficientes y con ellas la respuesta: un personal de metafísicos consagrados. No es nada nuevo en materia de respuestas pero sigue siendo la más importante. La Biblia confirma claramente que ése es un camino muy bien acreditado. Refiriéndose a los primeros cristianos, el Nuevo Testamento nos dice: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones... Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. Hechos 2:42, 47.
No cabe duda de que se requiere muchísima disciplina, muchísimo amor para orar consistentemente por nuestra iglesia, la Sala de Lectura y la comunidad. Pero hay que recordar que el Científico Cristiano está muy bien equipado para hacerlo.
Hagan saber a su comunidad en forma práctica que ustedes están tomando parte en la tarea de solucionar sus desafíos. Esto tal vez implique tomarse el tiempo de exhibir, en una vidriera determinada y en la sala de ventas, anuncios que hagan mención específica a algún asunto de interés para la comunidad, en lugar de exponer la literatura basándonos en nuestros propios gustos o con el cartel de nuestra preferencia. (¡Pienso que esto lo hemos hecho todos en una u otra ocasión!)
Hablando de carteles, pueden encarar virtualmente cualquier asunto de la comunidad haciendo minicarteles con la ampliación de artículos de El Heraldo de la Ciencia Cristiana y del The Christian Science Monitor. Muchos negocios tienen actualmente copiadoras que hacen ampliaciones. (Recuerden que también pueden hacer ampliaciones de las ampliaciones para tener carteles aún más grandes.) Antes de hacerlo, soliciten la autorización pertinente de La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana.
También pueden ofrecer un apoyo palpable a la comunidad regalando a las organizaciones pertinentes Heraldos y Monitors con artículos de temas determinados. Por ejemplo, una bibliotecaria de California percibió que el prejuicio racial que se estaba imponiendo en su comunidad era un desafío. Durante la Semana de Martin Luther King centralizó la exhibición en la vidriera con anuncios que sanaban el prejuicio. La vidriera incluía un cartel confeccionado por ella que decía:
A lo largo de los siglos, se ha brindado una solución al prejuicio racial...
“Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
Cristo Jesús
“La historia de nuestro país, como toda historia, ilustra el poderío de la Mente y demuestra que el poder humano está proporcionado al modo correcto de pensar que represente. Unas pocas frases inmortales, exhalando la omnipotencia de la justicia divina, han sido poderosas para romper cadenas despóticas y abolir el poste de azotar y el mercado de esclavos; pero la opresión no terminó a causa del derramamiento de sangre, ni salió el soplo de la libertad de la boca del cañón. El Amor es el libertador”.
Mary Baker Eddy
“Dios puede vencer los males de la historia. Su dominio nunca es usurpado. Si por momentos nos desesperamos debido al progreso relativamente lento que se ha efectuado para dar fin a la discriminación racial... cobremos ánimo en el hecho de que Dios puede hacerlo”.
Martin Luther King, Jr.
[de un sermón titulado “Strength to Love”
(Fortaleza para amar)]
Luego ella envió cuarenta y un ejemplares de un Christian Science Sentinel, que trataba específicamente de la curación del prejuicio racial, a determinadas personas de la comunidad: al alcalde, a los miembros del ayuntamiento, al jefe de policía, a los directores de escuelas, al director administrativo del hospital del condado, a las iglesias cristianas de la zona, a ejecutivos de destacadas compañías, a las iglesias cristianas de la zona, a ejecutivos de destacadas compañías, a gerentes generales de dos sistemas de transporte, y a otras personas que también participaban en la tarea de erradicar el prejuicio y la discriminación en la comunidad. Cada Sentinel iba acompañado de una carta donde se incluía una breve explicación acerca del Sentinel y de la Sala de Lectura y se invitaba a los miembros de la comunidad a que la visitaran.
La Sala de Lectura mantenida en conjunto por las iglesias de Melbourne, Australia, está descubriendo las oportunidades que tiene a su alcance. Después de asumir el compromiso de ponerse al servicio de su comunidad, han informado que “un trabajo en equipo de primerísimo orden nos ha elevado al corazón del Centro de la Ciudad. En cada etapa, la dirección de la Mente y la provisión del Amor fueron evidentes para inducirnos a dar este paso de progreso. Hemos sido elegidos para mostrar que la Ciencia Cristiana es apropiada para el pensamiento de los años ochenta, pero debemos ser como el buen samaritano: dispuestos a acercarnos a la comunidad. Al trabajar para discernir la necesidad humana y responder a ella, nos sentimos asombrados ante tanta receptividad a los valores espirituales, tanta hambre de ellos.
“Una Sala de Lectura actualizada y atractiva muestra, sin necesidad de palabras, su tremenda utilidad para el pensamiento de nuestros días”.
También la comunidad de Melbourne parece opinar así, tal como lo ilustra este pequeño episodio: “Cuando dos funcionarios del Ayuntamiento pasaban delante de nuestra Sala de Lectura, escuchamos que uno le decía al otro: ¿Qué es una Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana? La respuesta fue: Es un lugar donde se puede leer la Biblia. Cada ciudad tiene una Sala de Lectura ¡y ésta es la nuestra!”
