Era un hermoso sábado por la mañana, y, como de costumbre, estaba dando un paseo en bicicleta. Estando a pocos kilómetros de casa, choqué contra un automóvil. Iba a unos 30 kilómetros por hora cuando un auto se me cruzó. Al chocar contra el auto fui lanzada por encima de él. Cuando me puse de pie después del impacto, mis pensamientos se llenaron de muchas de las verdades espirituales que había aprendido en mi estudio de Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens). Permanecí en calma y les aseguré a los que se habían reunido a mi alrededor que me encontraba bien.
Cuando llegué a casa llamé a una practicista de la Ciencia Cristiana. Me dijo que oraría por mí, y me dio estas dos frases de la página 473 de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, para que trabajara con ellas: “El Principio-Dios es omnipresente y omnipotente. Dios está en todas partes, y nada fuera de El está presente ni tiene poder”.
El pensamiento que tuve en esos momentos fue, entre otros, el reconocimiento de que no podemos estar fuera del universo de Dios. No hay poder opuesto a Dios que pueda hacer daño a Su creación. Al meditar sobre estas verdades, la hinchazón y las magulladuras simplemente desaparecieron. Me fue posible continuar con el resto de mis actividades diarias con total libertad, y pude concurrir al culto religioso de una iglesia filial al día siguiente sin evidencia alguna de la lesión. Estoy profundamente agradecida por esta hermosa curación, pero aún hay más.
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