¿Solitario?
No puede ser.
Estad quieto por un momento,
sólo por un momento,
para que el pensamiento more en Dios,
El, que está siempre contigo,
abrazándote en Su amor,
llenando lo que parece ser un vacío
con Su presencia.
Entonces, el momento de quietud
tiene su recompensa de realización
y la satisfacción profunda del Espíritu.