Hace Veinte Años que conozco la Ciencia Cristiana. Me enteré de ella a través de un familiar que aceptaba sus enseñanzas pero no las practicaba. Su madre había sido sanada mediante la Ciencia. Debido a lo que ella me contó, investigué esta religión por mi cuenta.
Alrededor de dos años más tarde, un bulto preocupante me apareció en un seno. Un familiar mío era médico, y yo había oído que esta condición era muy seria. Como resultado de la oración el dolor desapareció, pero el bulto quedó. El tiempo pasó y tuve que enfrentar otros desafíos, entre ellos el fallecimiento de mi esposo, lo que sentí profundamente. Habíamos sido muy unidos por treinta y cuatro años, y él era un hombre maravilloso.
En un momento dado, decidí tomar instrucción en clase de la Ciencia Cristiana, lo cual aumentó mi crecimiento espiritual para comprender a Dios y Su bondad infinita. Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, afirma: “Las creencias de sufrimiento, pecado y muerte son irreales. Cuando la Ciencia divina se comprende universalmente, no tendrán poder sobre el hombre, porque el hombre es inmortal y vive por autoridad divina”. Estas palabras tuvieron un significado más claro para mí después de que tomé instrucción en clase. Para mí fue evidente que la enfermedad no tiene realidad y nunca ha tocado al hombre espiritual y perfecto de Dios.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!