La Ciencia Cristiana ha sido un gran regalo para mí. Ha estabilizado mi vida diaria. Me ha enriquecido espiritualmente, y por medio del estudio de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, me ha sanado. Las curaciones han sido numerosas desde que conocí la Ciencia Cristiana hace dos años. Entre ellas se encuentra la curación de una enfermedad inmunológica que la medicina material no puede sanar.
Hace dos años y medio, los médicos, basándose en análisis de sangre y síntomas, me dijeron que tenía una misteriosa enfermedad inmunológica, conocida como el virus Epstein-Barr, también conocida como síndrome de fatiga crónica. Esta condición era tal que yo no podía trabajar tiempo completo, manejar, caminar ni permanecer sentada por más de veinte minutos sin caerme al suelo o en una cama.
Durante esa época probé muchos métodos alternativos para lograr la curación. Como miembro de un grupo de investigación en un laboratorio inmunológico, yo sabía que la medicina moderna no tenía remedio para esto, como tampoco lo tenía la medicina ayurvedina, la medicina china ni la medicina homeopática. Ni los sanadores psíquicos, la terapia basada en vitaminas ni la psicoterapia pudieron aliviar esta dificultad.
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