“Por primera vez se llevó a cabo un estudio siguiendo el desarrollo de.. . [200] niños.. . y se llegó a la conclusión de que aun los niños con antecedentes familiares muy perturbados tienen más posibilidades de las que se pensaba para salir adelante. El estudio se inició en 1995 en una isla rural de Hawai y fue uno de los primeros en verificar la idea de que algunos niños son lo suficientemente resistentes como para superar las circunstancias más caóticas.. .
“El seguimiento que hicieron de [los] niños, desde su infancia hasta la adolescencia les permitió descubrir que.. . (un tercio) de ellos hicieron grandes progresos a pesar de las circunstancias. Fueron buenos alumnos, sus compañeros y maestros los apreciaban, y al término de la adolescencia estaban bien encaminados hacia una educación superior y una vida realizada.. .
“.. . en la vida de estos niños siempre hubo, por lo menos, una persona — si no era una madre o un padre, una tía o un tío, un abuelo, un hermano o una hermana mayor — que los amó y aceptó incondicionalmente. A medida que fueron creciendo los niños continuaron atrayendo a mentores o 'padres sustitutos’ — niñeras, amigos, a menudo maestros — que los alentaron a dar lo mejor de ellos mismos...
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