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El mensaje de Navidad y su influencia sanadora

Del número de diciembre de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Durante Siglos, la Navidad ha sido una época en que la gente se esfuerza mucho por expresar mayor altruismo y gentileza, mayor santidad y unción que habitualmente. ¿Por qué es que estas fiestas sacan a relucir de tal manera lo mejor que hay en la gente? ¿Por qué será que la gente se esfuerza por tener mejores pensamientos y en hacer mejores cosas en esa época que durante el resto del año? La respuesta puede que sea que se trata de la conmemoración de la llegada de Cristo Jesús y el significado que su nacimiento tuvo para el mundo. Algunos pasajes de la Biblia, en el Nuevo Testamento, explican con claridad su misión:

• “No envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Juan 3:17.

• “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”. 1 Juan 4:10.

• “...el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo”. 1 Juan 4:14.

• “Para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad”. Juan 18: 37.

La Navidad produce alegría porque despierta una vez más nuestra intuitiva esperanza de salvación universal. Y eso ocurrirá, cuando los individuos sigan el ejemplo de Jesús, cuando demuestren el poder del Cristo, la Verdad, en su propia vida.

Alcanzar nuestra salvación a través del Cristo, significa ir venciendo progresivamente las limitaciones de la materia y sus supuestas leyes, que representan la destrucción total y no la salvación. El Cristo, la influencia divina siempre presente en la consciencia humana, revela la verdadera naturaleza espiritual de todas las cosas. El Cristo corrige nuestra creencia de que la vida está en la materia y se somete a ella. Esta influencia salvadora nos muestra que Dios es todo el bien, que el hombre es Su semejanza espiritual y que en realidad, no hay materia. A pesar de lo sorprendente que puede parecer este mensaje para la mayoría de la gente, durante la temporada de Navidad, su callado poder penetra a través de los muros de la creencia material e infunde un gozo inocente y verdaderamente valioso en los corazones humanos, debido a que en Navidad, la humanidad parece ser especialmente receptiva a este poder. Se acepta con mayor facilidad la realidad de que Dios es supremo.

Cuando las creencias falsas acerca de la vida, ceden al sentido de la totalidad de Dios como Espíritu puro, tal como Jesús enseñó e ilustró con su obra sanadora, el pensamiento humano llega al corazón mismo de la Navidad. Logramos percibir que el sufrimiento y el pecado pueden ser sanados a través del poder divino. Y ello es posible debido a la realidad de que Dios es Todo-en-todo. La sabiduría infinita de Dios respecto a Su propia perfección y la del hombre a Su semejanza, determinan que el mal, en cualesquiera de sus formas, es algo imposible. Excluye la existencia de la llamada sustancia material. Mary Baker Eddy escribió: “Una Navidad eterna haría de la materia un extraño, excepto como un fenómeno, y la materia se retiraría reverentemente ante la Mente. El despotismo del sentido material o la carne huiría ante la realidad, para dar lugar a la sustancia, y la sombra de la frivolidad y lo erróneo del sentido material desaparecería”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 260.

Este mensaje espiritual de la Navidad, realmente entendido, responde a las preguntas más profundas de la humanidad y proporciona la solución final para el problema del ser y el misterio de la vida. Asimismo, dignifica maravillosamente a la vida humana, revelando que cada individuo que habita en la tierra es merecedor de la gracia de esta salvación a través del Cristo, y está en condiciones de alcanzar el sentido espiritual de las cosas que permite que eso sea posible.

Lo sepamos o no, el Cristo está siempre presente para iluminar la consciencia humana. En algunos individuos, mora en la superficie de sus pensamientos, de una manera tan leve como una pluma se posa en el mar, mientras que en otros, parece enterrado bajo capas de granito de convicciones materiales. Pero está siempre allí, alimentando y revelando la confianza en el amor de Dios, tal como el sol brilla en todo momento, aunque a veces, sólo veamos oscuridad.

El Cristo bendice hoy a la humanidad, destruyendo el materialismo en el pensamiento humano, aunque a veces, puede parecer que lo que realmente está ocurriendo, es lo opuesto. Por ejemplo, el odio hacia la pureza de la espiritualidad, es hoy en día, tan agresivo y directo como en la época en que, para proteger a Jesús y su misión, José y María, lo llevaron a Egipto, escapando de Herodes. Pero las intuiciones espirituales que los guiaron, están igualmente presentes para aquellos que hoy valoran la curación espiritual y están percibiendo nuevos propósitos y enfoques.

Aunque aparentemente, el materialismo y la medicina material nunca se mostraron tan dominantes y autoritarios como ahora, la confianza en el poder espiritual está aumentando continuamente. El progreso espiritual que se evidencia en general, puede verse en el marcado interés del público en la curación espiritual y en el aumento en la venta de libros que tratan esos temas, entre ellos Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por la Sra. Eddy, que calma la insaciable sed que tiene la humanidad por las ideas sustanciales y demostrables, en lugar de otras tantas teorías materiales.

Sin lugar a dudas, algo importante está sucediendo en la consciencia humana. Y ocurre a través del poder transformador del Cristo, la Verdad. Sin embargo, aunque en forma leve y modesta, la presión que las creencias materiales ejercen sobre la consciencia humana, está disminuyendo. Al mismo tiempo, un espíritu de alegría y de confianza en Dios está avanzando con firmeza, aunque en algunos casos, de manera casi imperceptible y en otros, es negado e incluso blasfemado. Este avance, puede verse con mayor claridad, en la curación puramente espiritual, en la curación por medio de la confianza en las leyes de Dios, tal como se practica en la Ciencia Cristiana, sin recurrir a la ayuda material. La Sra. Eddy dice acerca de la curación cristiana: “Este es el niño que hemos de atesorar”.Escritos Misceláneos, pág. 370.

La prensa menciona con mucha frecuencia que la antigua creencia que afirmaba que hasta que uno no hubiese agotado todos los medios materiales a su alcance, no habría hecho lo suficiente por su salud, está cediendo al mensaje angelical de la Navidad que dice, que uno no ha hecho todo lo que podía hacer por su salud, si aún no ha cedido al poder sanador de la Mente divina. La Sra. Eddy escribe: “El verdadero espíritu de la Navidad eleva la medicina hasta la Mente; echa fuera males, sana al enfermo, despierta las facultades dormidas, apela a todas las condiciones y responde a toda necesidad del hombre”.Miscellany, pág. 260.

El verano pasado ayudé a cargar piedras muy pesadas para construir una especie de muralla para contener las aguas. Durante varios días después de hacerlo, sentí fuertes dolores y no podía moverme o descansar con entera libertad. Pero una tarde, después de orar y razonar con dedicación, tomando como base las leyes de la bondad y la totalidad de Dios, logré alcanzar una repentina y clara comprensión de que tanto la falta de sabiduría como las lesiones son imposibles para el Amor divino y para el hombre a semejanza del Amor. Fue una vislumbre de la verdadera naturaleza espiritual de las cosas. En ese momento, el temor simplemente se desvaneció y mi pensamiento se llenó de un gozo sereno y apacible. Estoy seguro de que era un gozo semejante al que sintieron los pastores cuando escucharon el mensaje angelical que anunciaba el nacimiento del Salvador y se encaminaron hacia el lugar donde estaba Jesús. En ese mismo instante, algo se movió dentro de mi cuerpo, el dolor se desvaneció y todo volvió a la normalidad.

Sí, algo está sucediendo en la consciencia humana. Se puede ver a lo largo de todo el año y en especial en este período, en que el peso del materialismo, con su temor y egoísmo, su cinismo, su falta de humanidad, sus burlas con respecto a Dios, están disminuyendo ante el mensaje de la Navidad. Se nos recuerda que cada uno de nosotros, está preparado para dar la bienvenida a la humilde esperanza que está dentro de nosotros y que espera el bien, en lugar de enfermedades y aflicciones. Esta esperanza es el anuncio de los ángeles de Dios para la Navidad, cantando loas a Su totalidad en nuestros corazones.

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