La Época De Navidad es la que generalmente trae a los cristianos las mayores alegrías del año. En ella se conmemora el nacimiento de Jesús y nos recuerda el Cristo, la Verdad siempre presente que Jesús demostró tan plenamente a través de sus numerosas curaciones.
A veces da la impresión de que las actividades humanas asociadas de alguna manera con la Navidad casi borran su verdadero significado y es posible que a veces anhelemos ver que este acontecimiento tan maravilloso se celebre de un modo menos material. Pero no podemos ayudar a espiritualizar las creencias que tiene el mundo acerca de la Navidad, tratando meramente de eliminar las costumbres humanas.
Oliver Cromwell, que gobernó Inglaterra a mediados del 1600, era un Puritano que tenía puntos de vista muy estrictos acerca de la celebración de la Navidad. Winston S. Churchill, escribió en The New World: A History of the English Speaking People (El nuevo mundo: una historia de la gente de habla inglesa): “El parlamento estaba profundamente preocupado por la libertad que (la Navidad) ponía al alcance de los placeres carnales y sensuales. El día de Navidad, antes de la hora de la cena, se enviaban soldados por todo Londres, con la misión de entrar en las casas, sin autorización y se llevaran toda la comida que se estaba cocinando en las cocinas y en los hornos”. Winston S. Churchill, The New World: A History of the English Speaking People (New York: Dodd, Mead & Company, 1965, pág. 312).
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