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Qué significa para mí la Navidad

Del número de diciembre de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Presentación Especial De Navidad

A comienzos de siglo, Mary Baker Eddy se destacó en la vida pública como la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana y como líder de un movimiento religioso de alcance mundial. En 1907, The Ladies’ Home Journal, una reconocida revista norteamericana, le pidió que escribiera sobre el tema de la Navidad. Este artículo se publicó en diciembre, y al mismo tiempo apareció en dos publicaciones periódicas que ella había fundado: The Christian Science Journal y el Christian Science Sentinel. La Sra. Eddy tituló su artículo

“Qué significa para mí la Navidad”.

Es un privilegio presentar este artículo a los lectores de El Heraldo de la Ciencia Cristiana, una revista que ella fundó para “proclamar la actividad y disponibilidad universal de la Verdad”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 353.

De acuerdo con lo establecido por Mary Baker Eddy, el texto en inglés debe aparecer siempre del lado opuesto a la traducción de sus escritos. El resto de las páginas contendrán solamente el texto en español.


What Christmas Means to Me

This article appears by permission of The Christian Science Board of Directors

To me Christmas involves an open secret, understood by few — or by none — and unutterable except in Christian Science. Christ was not born of the flesh. Christ is the Truth and Life born of God — born of Spirit and not of matter. Jesus, the Galilean Prophet, was born of the Virgin Mary’s spiritual thoughts of Life and its manifestation.

God creates man perfect and eternal in His own image. Hence man is the image, idea, or likeness of perfection — an ideal which cannot fall from its inherent unity with divine Love, from its spotless purity and original perfection.

Observed by material sense, Christmas commemorates the birth of a human, material, mortal babe — a babe born in a manger amidst the flocks and herds of a Jewish village.

This homely origin of the babe Jesus falls far short of my sense of the eternal Christ, Truth, never born and never dying. I celebrate Christmas with my soul, my spiritual sense, and so commemorate the entrance into human understanding of the Christ conceived of Spirit, of God and not of a woman — as the birth of Truth, the dawn of divine Love breaking upon the gloom of matter and evil with the glory of infinite being.

Human doctrines or hypotheses or vague human philosophy afford little divine effulgence, deific presence or power. Christmas to me is the reminder of God’s great gift, — His spiritual idea, man and the universe, — a gift which so transcends mortal, material, sensual giving that the merriment, mad ambition, rivalry, and ritual of our common Christmas seem a human mockery in mimicry of the real worship in commemoration of Christ’s coming.

I love to observe Christmas in quietude, humility, benevolence, charity, letting good will towards man, eloquent silence, prayer, and praise express my conception of Truth’s appearing.

The splendor of this nativity of Christ reveals infinite meanings and gives manifold blessings. Material gifts and pastimes tend to obliterate the spiritual idea in consciousness, leaving one alone and without His glory.


Qué significa para mí la Navidad

Este artículo se publica con la autorización de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana

Para mí la Navidad encierra un secreto a voces, comprendido por pocos — o por nadie — e inexpresable excepto en la Ciencia Cristiana. El Cristo no nació de la carne. El Cristo es la Verdad y la Vida nacidas de Dios — nacidas del Espíritu y no de la materia. Jesús, el Profeta de Galilea, nació de los pensamientos espirituales que tenía la Virgen María acerca de la Vida y su manifestación.

Dios crea al hombre perfecto y eterno a Su propia imagen. Por lo tanto, el hombre es la imagen, idea o semejanza de la perfección — un ideal que no puede caer de su inherente unidad con el Amor divino, de su inmaculada pureza y de su perfección original.

Desde el punto de vista del sentido material, la Navidad conmemora el nacimiento de un niño mortal, material y humano — un niño nacido en un pesebre en medio de los rebaños y manadas de una aldea judía.

Este origen sencillo del niño Jesús está muy lejos de mi sentido del Cristo eterno, la Verdad, que nunca ha nacido y nunca morirá. Yo celebro la Navidad con mi alma, mi sentido espiritual, y conmemoro así la entrada en el entendimiento humano del Cristo concebido por el Espíritu, por Dios y no por una mujer — como el nacimiento de la Verdad, el amanecer del Amor divino irrumpiendo en la oscuridad de la materia y el mal con la gloria del ser infinito.

Las doctrinas o hipótesis humanas o la vaga filosofía de los hombres ofrecen poco resplandor divino, poca presencia o poder deíficos. A mí la Navidad me recuerda el gran regalo de Dios — Su idea espiritual, el hombre y el universo —, un regalo que trasciende tanto la tradición mortal, material y sensual de hacer regalos, que la diversión, la ambición desenfrenada, la rivalidad y el ritual de nuestra Navidad tradicional parecen una parodia humana remedando la verdadera adoración que conmemora el advenimiento del Cristo.

Me gusta observar la Navidad en quietud, humildad, benevolencia, amor, dejando que la buena voluntad para con los hombres, el silencio elocuente, la oración y la alabanza expresen mi concepto del aparecimiento de la Verdad.

El esplendor de esta natividad del Cristo revela infinitos significados y otorga múltiples bendiciones. Los regalos y diversiones materiales tienden a borrar la idea espiritual en la consciencia, dejándolo a uno solo y sin Su gloria.

Spanish translation
© 1995 The Christian Science Board of Directors
Reservados todos los derechos

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 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

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