¿Has jugado alguna vez a las escondidas? ¿En qué lugares acostumbras esconderte? ¿Detrás de unos arbustos? ¿Bajo una carretilla dada vuelta? Seguramente en tu casa hay un armario dentro del cual puedes meterte, o una cama grande bajo la cual puedes deslizarte para que nadie te pueda ver. Lo más importante de este juego es saber que estás bien escondido. Si encuentras un lugar secreto, sabes que estás a salvo.
A Esteban le encantaba jugar a las escondidas con sus hermanos mayores. Como él era más chico y más pequeño que ellos, podía meterse en lugares donde a ellos ni se les ocurría buscar. Podía esconderse hasta que sentía que era seguro empezar a correr hacia la base y sorprenderlos a todos.
En la Escuela Dominical, Esteban también aprendió acerca de un lugar diferente donde esconderse. En su clase de la Escuela Dominical la maestra les contó que la Biblia, en el libro de Salmos, habla de un lugar especial para esconderse. El Salmo 91 nos dice: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente”. Salmo 91:1.
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