Nosotras dos, Chloe y Brett Ellen, somos muy buenas amigas. Estamos en la misma clase en la escuela, y asistimos a la misma Escuela Dominical. A las dos nos gusta jugar tenis y nadar. De hecho, a veces nadamos juntas, ¡es tan divertido! Queremos contarte de la vez que resolvimos un problema juntas.
Chloe: Un día estaba en la escuela y me empezó a doler mucho el estómago. Se lo dije a mi maestra y me dejó que me acostara y descansara. Brett Ellen me trajo una manta. Ella la dobló como si fuera una almohada y me la puso debajo de la cabeza. ¡Fue un gesto tan lindo de ella! Me dijo que si yo quería se quedaba conmigo. Pero yo le dije: “No, está bien. Vete afuera a jugar”.
Brett Ellen: Antes de salir canté una canción. Las palabras fueron escritas por Mary Baker Eddy para niños y siempre me hace sentir mejor. Dice así:
Padre-Madre el bien,
con amor
Te busco
paciente, manso,
en Tu camino
andando voy,
despacio o de prisa,
de Ti en pos.Escritos Misceláneos, pág. 400.
Chloe: Yo también oré por mí. Yo sabía que Dios es Amor y que no puedo caerme de las manos de Dios. Él me mantiene a salvo de todo mal, incluso de la enfermedad. Dios no hace la enfermedad, entonces no puede ser parte de mí. También conocía el versículo de la Biblia de Salmos que dice que Dios es mi Pastor.2 Mi Pastor está siempre conmigo, me guía y me mantiene segura. Me sentí bien al saber que Brett Ellen estaba también orando por mí. Sabía que me iba a sanar rápido.
Brett Ellen: Cuando salí, oré para saber que Dios hizo a Chloe como Su hija perfecta. Chloe es el reflejo perfecto de Dios. Es espiritual. Es perfecta porque Dios es perfecto. Nada la puede lastimar. Dios siempre le está diciendo a Chloe que ella es perfecta.
Chloe: Pocos minutos después, yo había sanado. Ya no me dolía el estómago. Mi maestra entró desde el pasillo y le pregunté si podía salir afuera. Ella me dijo: “Por supuesto”. Me sentí tan contenta. No veía el momento de encontrar a Brett Ellen y decirle que ya estaba bien. Le agradecí por haber orado por mí. Jugué con ella el resto del día.
Las dos estamos muy agradecidas a Dios por esta curación. Fue lo primero que les contamos a nuestras mamás cuando nos vinieron a recoger después de la escuela. Es divertido aprender juntas estas verdades sobre Dios, y ayudarnos la una a la otra a probarlo.
