Cuando Mis Dos Hijos eran chicos, mi hija tenía un ojo que le había llorado continuamente por lo menos durante un mes. Mi esposo no era Científico Cristiano en esa época, y quería que la lleváramos al médico. Le pregunté si podía probar primero con la Christian Science, y me dijo que estaba bien, “pero si no está bien por la mañana, la llevamos al médico”. Yo estuve de acuerdo, y llamé a un practicista de la Christian Science para que le diera tratamiento. Por la mañana el ojo había dejado de llorar, y estaba normal. Después de esta curación, mi esposo y yo comenzamos a estudiar esta Ciencia. Tomamos Instrucción en Clase Primaria y nos hicimos miembros de La Iglesia Madre y de una filial.
A lo largo de los años hemos tenido muchas curaciones en nuestra familia. Entre ellas: diarrea, dolores de cabeza, problemas al corazón, efectos de malas caídas, problemas de espalda, escasez de provisión y dificultades con la visión. En más de cincuenta años no he tenido necesidad de recurrir al médico ni de tomar medicinas. Y hoy sigo disfrutando de una vida vigorosa y feliz.
Marion, Massachusetts
EUA
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