Hace Poco, durante una entrevista radial, un periodista italiano me preguntó: “¿Qué fue lo primero que le atrajo de la Christian Science? En inglés, hubiera respondido inmediatamente su “gentleness”. Pero no tenía una palabra que expresara un concepto así en italiano. Enseguida busqué algún sinónimo, hasta que pensé en “su serenidad”. Pero esto no era lo que quería decir. No parecía haber una palabra que expresara al mismo tiempo gentileza, comprensión, consideración, compasión y ternura.
Después de la entrevista, me acordé de una referencia que hace Mary Baker Eddy de un versículo de Proverbios: “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene”. Proverbios 25:11. Pensé en el efecto que puede tener una palabra dicha en el momento justo. Las palabras tienen varias facetas, no aprisionan un concepto, sino que lo liberan. Dependiendo de lo que se piensa, o la inspiración que se tenga, se le confiere un determinado significado a aquello que se dice. La palabra “gentileza” me hace pensar en muchas cualidades.
Con la intención de comprender mejor la cualidad espiritual de la “gentileza”, comencé a pensar en todos los hombres y mujeres que conozco y a quienes considero “gentiles”: personas que han calmado mi temor y que me han dado tranquilidad Cuando comencé mi carrera de actor, me encontré en una fiesta junto a Sir John Gielgud. Yo no podía articular palabra. “Hola”, me dijo amigablemente, “me llamo John”. Sin ninguna pretensión, simplemente estaba tratando de ser amable. Más adelante en la vida, aprendí que los “grandes” son tremendamente modestos y sin pretensiones. ¡Modestos y sin pretensiones! He aquí dos palabras que expresan el concepto de “gentil”.
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