Es Una Noche fría de invierno de 1866, y un grupo de personas se reúne en una casa de Nueva Inglaterra. Una amiga y miembro de la familia se ha lesionado gravemente en un accidente, y el médico no espera que viva.
El futuro de esta mujer no es nada prometedor. Aun antes del accidente estaba casi siempre enferma. Su primer esposo murió y fue muy infeliz en su segundo matrimonio. Le quitaron su único hijo porque su familia consideraba que no estaba ni física ni económicamente capacitada para cuidar de él.
En ese momento ella pide su Biblia y lee una de las curaciones de Jesús; y pienso yo que toma una decisión. Y mientras otros esperan su muerte, ella se levanta del lecho, se viste y se reúne con los sorprendidos familiares y amigos.
Esta mujer es Mary Baker Eddy, quien a fines del siglo XIX ere una de las figuras mejor conocidas y de mayor éxito de los Estados Unidos.
Cuando pienso en este incidente, me maravilla la fortaleza que ella tuvo en ese momento tan crítico de su vida. Hubiera sido fácil ceder a la desesperanza y a la muerte, pero en lugar de eso, comienza una nueva vida. La voluntad humana no era suficiente, pero al mantenerse firme en su derecho natural a vivir —“Porque él [Dios] vive, yo también vivo”Escritos Misceláneos, pág. 179.— ella sintió el poder infalible de las leyes divinas y espirituales, y esas leyes la liberaron.
Hace unos meses me encontraba en cama, aterrorizada porque había perdido mucha sangre debido a una infección, y pensé en el ejemplo de la Sra. Eddy. Me di cuenta de que en ese momento tan difícil tenía que tomar una decisión. Debía apoyarme totalmente en Dios, sin “negociar” con la enfermedad, y ponerme firme en mi derecho de estar perfecta y saludable, como ella hizo. De inmediato desapareció el temor, la hemorragia se detuvo, y en unas dos horas desaparecieron todos los síntomas. La curación fue completa.
Como yo, mucha gente en todo el mundo se siente atraída por el ejemplo de la Sra. Eddy y encuentra ayuda en el enfoque científico de la curación espiritual que ella escribió en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras. Las ideas de este libro y su utilidad trascienden el tiempo, las culturas y los continentes.
Por ejemplo, una mujer en Alemania fue a una librería y mencionó el nombre de la Sra. Eddy mientras colocaba una invitación a una conferencia. Un miembro del personal que escuchó la conversación de inmediato exclamó: “Ésa es la mujer que superó la falta de hogar, el divorcio y otras dificultades en su vida. Acabo de ver un anuncio sobre ella y me impresionó mucho”.
Un hombre de Australia que organiza seminarios sobre la salud, al visitar el Parlamento Mundial de Religiones en África del Sur comentó que usa Ciencia y Salud en sus cursos y que está muy de acuerdo con lo que dice la autora. Agregó: “Si Mary Baker Eddy estuviera aquí hoy, todos adoptaríamos lo que ella dice. Ella estuvo adelantada para su época”.
Hace poco, tuve una conversación sobre la Sra. Eddy con un amigo austríaco. Como él tiene un hijo de dos años, se sentía muy mal de que le hubieran quitado el hijo a la Sra. Eddy. Le impresionó mucho la forma en que ella siguió adelante con su vida y obra, a pesar de la penosa separación, y sintió que la razón por la cual había podido hacerlo era por su enfoque espiritual frente a la vida. Mi amigo entonces decidió comprar un ejemplar de Ciencia y Salud para aprender más sobre esta manera de pensar. Me dijo que siente que es importante darle a su hijo una educación espiritual, aunque no sea miembro de ninguna iglesia.
Lo más fascinante sobre la Sra. Eddy es que por ser una mujer del siglo XIX, ella tenía muchas razones para haberse quejado de la vida. En lugar de eso, no sólo siguió adelante hasta convertirse en escritora, editora y exitosa mujer de negocios, sino que demostró a hombres y mujeres cómo liberarse de manera permanente de la enfermedad y la esclavitud mental. Como todo aquél que tiene un lugar destacado, perdurable e importante en la historia, ella optó por vivir no sólo para sí misma, sino para toda la humanidad. Y del mismo modo, su ejemplo es importante para la gente de hoy; sus ideas se pueden aplicar científicamente y producen resultados poderosos hoy en día, como lo hicieron hace más de cien años.
