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La curación metafísica

El efecto sanador de la convicción espiritual

Del número de octubre de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En Macedonia, Pablo y Silas tuvieron serios problemas después que Pablo sanó a “una muchacha que tenía espíritu de adivinación”. Véase Hechos cap. 16:16-35. Ella les había hecho ganar mucho dinero a sus amos adivinando la suerte, y como esto ya no era posible, los amos llevaron a Pablo y a Silas ante las autoridades. La Biblia relata que fueron azotados, llevados al calabozo más profundo y sus pies fueron sujetados a un cepo. Entonces, a la medianoche, ellos “orando... cantaban himnos a Dios”. De pronto, hubo un “gran terremoto” que sacudió los cimientos de la prisión, se abrieron las puertas, y se soltaron las cadenas de todos los prisioneros.

Este relato puede ser de mucho valor para nosotros cuando consideramos la lección espiritual que contiene. La mayoría de nosotros nos hemos sentido amenazados, en un momento u otro, por algún problema que nos tiene aprisionados. Una enfermedad o carencia prolongadas, o una situación desdichada en nuestro hogar, puede hacer que nos sintamos como si estuviéramos encerrados en el calabozo más profundo de una prisión, sin tener posibilidad de salir. Sin embargo, estos dos fieles seguidores de Cristo Jesús encontraron libertad.

A medianoche, que podría simbolizar la hora más oscura, oraron y cantaron himnos a Dios. En el Glosario de Ciencia y Salud, la palabra noche se define metafísicamente como “Tinieblas; duda; temor”.Ciencia y Salud, pág. 592. Si nos sentimos sumidos en la oscuridad y el temor, podemos encontrar la salida al recurrir humildemente a Dios, el Espíritu, negándonos a darle poder al mal que parece tan verdadero a nuestros sentidos materiales, e inclinándonos mentalmente ante lo que Dios conoce y es. Dios es bueno y sólo conoce el bien. El Cristo es el mensaje liberador de Dios, que nos revela la realidad y permanencia — y también la unicidad — del bien, y la nada, la impotencia, del mal.

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