Usted Me Entiende. Es eso que ocurre cuando nuestras cuentas exceden lo que tenemos en el banco. A muchos les pasa esto. Pero cómo salir de las deudas, esto es lo importante.
Podemos empezar por recurrir a Dios, que es la única fuente de provisión. Ahora y siempre. La Biblia nos asegura: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Filipenses 4:19.
A lo largo de los años, mi esposa y yo hemos descubierto cuán cierto es todo esto. Sí, a nosotros también nos ha sucedido. Hemos estado endeudados hasta la coronilla, y la verdad que es muy duro. Pero también se puede solucionar. Lo que más nos ayudó fue recurrir a Dios en busca de dirección y consejo. En nuestras oraciones insistimos en reconocer que Dios es el Amor divino universal e imparcial, que siempre cuida de Su familia. Y cada uno de nosotros, está incluido en Su familia. El Amor divino no tiene favoritos ni se olvida de nadie.
Ciencia y Salud explica: “El Amor es imparcial y universal en su adaptación y en sus dádivas. Es el manantial abierto que exclama: ‘Todos los sedientos: Venid a las aguas’ ”.Ciencia y Salud, pág. 13. Esas “aguas” son la afluencia de ideas correctas que el Amor divino está impartiendo constantemente. Por supuesto que depende de cada uno escuchar o no esas ideas. Si se nos hace difícil rechazar los sentimientos de pánico lo suficiente como para poder escuchar los mensajes de Dios, la Biblia nos recuerda constantemente que todos los problemas, incluso las crisis financieras, se pueden resolver cuando recurrimos a Dios.
Jesús demostró cómo se satisfacen las necesidades. Encontró el dinero para pagar los impuestos en la boca de un pez. Véase Mateo 17:24—27. Alimentó a miles con algunos panes y unos pocos peces. Mateo 15:32-38. El sabía a dónde acudir y nunca pareció dudar del cuidado del Amor divino y Su provisión ante cualquier necesidad que se presentara.
¿En qué se basaba? En una confianza absoluta en Dios. Como dijo una vez: “Erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. Lucas 21:28.
La respuesta a nuestras necesidades y el estar libre de deudas, están incluidos en esa redención. La completa redención y salvación vienen cuando nos acercarnos a Dios. Mary Baker Eddy, la fundadora y descubridora de la Christian Science, escribe: “Dios os da Sus ideas espirituales, y ellas, a su vez, os dan vuestra provisión diaria. Nunca pidáis para el mañana; es suficiente que el Amor divino es una ayuda siempre presente; y si esperáis, jamás dudando, tendréis en todo momento todo lo que necesitéis. ¡Qué gloriosa herencia se nos da mediante la comprensión del Amor omnipresente! Más no podemos pedir; más no podemos desear; más no podemos tener. Esta dulce seguridad es el ‘Calla, enmudece’ para todo temor humano, para el sufrimiento de toda clase”.Escritos Misceláneos, pág. 307.
“El Amor divino es una ayuda siempre presente”. Enfrentar todo problema financiero con esa convicción, nos ayuda a darnos cuenta de que el Amor divino está allí mismo, en cada etapa del camino, dándonos amor, guía y dirección. El no castiga ni impide el bien a ninguno de Sus hijos. Pero es importante aclarar quiénes son los hijos de Dios. Ciertamente no los mortales que parecemos ser. Cada uno de nosotros es, en realidad, la creación de Dios, el hijo del Padre-Madre. Como tal, cada uno es la expresión espiritual y perfecta del Amor divino, siempre amado y amoroso, sano y salvo, completo y cuidado, sabio y jamás obstinado.
Al enfrentar problemas económicos, ayuda mucho expresar en pensamientos, palabras y obras, el amor y la sabiduría que son parte inherente de nuestra naturaleza como hijos de Dios. De esta manera estamos más dispuestos a hacer lo que es necesario hacer.
Podemos comenzar a orar con este versículo de la Biblia: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”. Salmo 46:10. Dios será exaltado aún en medio de aprietos financieros. Esto lo pude probar en mi vida.
Hace unos años, mi esposa y yo no lográbamos que nos alcanzara el presupuesto. La oración me había guiado a cambiar de trabajo, pero las entradas eran siempre menores que los gastos. De pronto, nos encontramos con deudas considerables.
Oramos para saber qué hacer. Mi trabajo consistía en ayudar a las personas, así que nos preguntamos: “¿Cómo puede ser que esto nos cause problemas?” A medida que orábamos para entender que el Amor divino nos estaba cuidando amorosamente a nosotros así como a nuestra familia, sentí que debía hacer una lista de todo lo que debíamos. Me había resistido a hacerlo. Francamente, no quería saber el monto total. Pero comprendí que mi actitud me estaba impidiendo enfrentar el problema.
De modo que hice una lista. No se lo dijimos a nadie, pero a medida que oramos, el dinero comenzó a aparecer. Finalmente, pudimos pagar todas las deudas. Entonces, al continuar orando para comprender y aceptar solamente nuestra “gloriosa herencia” como hijos de Dios, cosas maravillosas empezaron a suceder. No solo pudimos pagar las cuentas, sino que también tuvimos dinero para las vacaciones, oportunidades de viajar e incluso los fondos para la educación universitaria de nuestros tres hijos. Habíamos salido del problema y las cosas seguían mejorando. En la actualidad, mantenemos nuestras deudas bajo control, pagando todo puntualmente, cuando no de inmediato.
Pero lo más importante que aprendimos no tiene nada que ver con el dinero. Lo que descubrimos es que la única deuda que podemos tener es de gratitud a Dios. Gratitud porque somos Su expresión perfecta y espiritual, creada a semejanza de Dios, para experimentar el amor, la paz y la justicia que tienen su origen en El. De esa clase de deuda, no necesitamos deshacernos. Pero sí entraña que confiemos por completo nuestra vida a Dios, incluso nuestra provisión, y recurramos a Él constantemente, sabiendo que satisfará todas nuestras necesidades.
¿Por qué limitar el bien que Dios tiene para cada uno de nosotros? ¿Por qué dudar de que Su poder es suficiente y Su amor más que adecuado para suplir cualquier carencia que se pueda presentar? Es importante controlar nuestros gastos, especialmente cuando andamos por centros comerciales, o viajando. Pero la libertad de gozar de la vida y hacer lo que es apropiado, nos pertenece a todos. Esto también comprende abrazar en el pensamiento a nuestro prójimo y ver que Dios, el Amor imparcial y universal, satisface las necesidades de todos.
La provisión de nuestras necesidades siempre tiene una base espiritual
La Biblia lo explica de esta manera: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Proverbios 3:5,6. Y así lo hará. Confíe en Dios. Eso es estar en deuda con Él, una deuda que debemos atesorar. Y eso, amigo mío, satisface todas las necesidades.
