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Celebración 125 años de explorar la espiritualidad práctica

Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras

Del número de julio de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras escrito por Mary Baker Eddy, fue publicado por primera vez hace 125 años. Durante más de un siglo, este libro revolucionario ha respondido cada vez más al anhelo que tiene la humanidad de comprender más espiritualmente la salud, y obtener una base más sólida sobre la cual formar relaciones duraderas y alcanzar un mayor sentido de paz y seguridad. En todo el mundo hay personas que están encontrando respuestas en Ciencia y Salud, y sus vidas son enriquecidas, transformadas y sanadas por su mensaje sobre la espiritualidad práctica. El valor que le dan a este libro se ve en el amor y gratitud que expresan y los impulsa a compartirlo con otras personas.

Para conmemorar el 125o Aniversario de la publicación de Ciencia y Salud, invitamos a los lectores de este libro a contarnos cómo lo conocieron y qué impacto ha tenido en sus vidas. Hemos recibido muchísimas respuestas y estamos profundamente agradecidos a cada colaborador por las experiencias que nos han contado. Las cartas e e-mails que recibimos, nos han conmovido mucho y dado mucha inspiración. A continuación publicamos extractos de algunas de las miles de respuestas que nos enviaron:

“Hoy hace un año que comencé a poner en práctica lo que estoy encontrando en Ciencia y Salud. Les aseguro que este libro es una perla extraordinaria nunca antes vista. Tenía muchos problemas, tanto físicos como en mi vida diaria que, por más que me había esforzado humanamente por solucionar, nunca lo había logrado. Hoy, gracias a este libro, he encontrado soluciones seguras y permanentes a todos ellos.

En relación a los problemas de salud, debo aclarar que desde 1988 estaba sufriendo de algunas enfermedades que se habían vuelto crónicas, entre ellas malaria, hemorroides y gastritis. Había probado varios tratamientos, tanto de la medicina moderna como tradicional (tribal), para sanarlas. Me resultaba imposible pasar una semana sin tomar aspirinas o alguna otra píldora. En otras palabras, mi salud era muy frágil y la medicina me mantenía vivo.

Pero hoy, mediante el conocimiento que adquirí con Ciencia y Salud, estoy completamente liberado de todas esas enfermedades. Hace once meses que no tomo medicamentos. Lo que es más, este libro me ha permitido conocer a Dios y acercarme a Él. Como estaba sufriendo de tantas cosas que no podía resolver, yo ya no creía en Dios. Pero hoy, gracias a este libro, he aprendido que soy el hijo de Dios y me he liberado de muchos pensamientos mórbidos. Ahora sé que fui creado a imagen y semejanza de Dios. Me he transformado en una persona nueva y veo la vida bajo una nueva luz. Debido a las enseñanzas de este libro, recurro a Dios cuando tengo un problema y siempre encuentro la solución.

Para mí Ciencia y Salud es un libro que regenera y contiene soluciones eficaces a los problemas de la humanidad. Estoy muy agradecido a su autora, Mary Baker Eddy”.



“Ciencia y Salud ha sido mi consolador, consejero y médico. He sanado de dolores de cabeza recurrentes, dolor en la parte baja de la espalda, dolor en la ingle, una vez que me torcí el tobillo, y muchas otras afecciones. Leo varias páginas todas las noches, y siempre encuentro la respuesta que necesito”.



“En mi primer año en la universidad tomé una clase de filosofía sobre teoría del conocimiento. Cada minuto de esa clase fue maravilloso y yo admiraba muchísimo al profesor. Varias veces durante el semestre mencionó a Mary Baker Eddy y sus ideas. Después de presentar el examen final, le agradecí la clase y le pregunté si había leído el libro de Mary Baker Eddy Ciencia y Salud, y qué pensaba de las premisas y argumentos que presentaba en el libro. Me dijo que lo había leído y que consideraba que sus ideas tenían una secuencia lógica y consecuente en la manera que los presentaba. Para mí, esto fue un gran elogio.

Poco tiempo después me casé y quedé embarazada. Como parte de mi preparación para recibir a este bebé, decidí leer Ciencia y Salud de tapa a tapa. En mi octavo mes de embarazo enfermé gravemente. El médico que me había estado atendiendo y el personal de emergencia del hospital me aconsejaron hacerme pruebas y tratamiento médico, pero yo decidí aplicar la Christian Science. Una noche o dos después de esto, estaba despierta y con mucho dolor. Comencé a leer Ciencia y Salud donde había dejado, en alguna página del capítulo “La Ciencia del ser”. Leía y dormitaba, leía y dormitaba, y de pronto las ideas del libro comenzaron a tener mucho sentido para mí. Entonces por unos momentos, percibí que el universo era totalmente espiritual. Al día siguiente, a mitad de mañana, se me rompió la bolsa de agua y comenzó el trabajo de parto. Di a luz a un hijo hermoso, en un parto rápido, sin esfuerzo y sin dolor.

Una de las cosas que han sido importantes para mí es reconocer que Ciencia y Salud no es lineal, sino tan multidimensional en estructura y propósito como el universo mismo. El libro está lleno de promesas sobre lo que podemos esperar en nuestra vida ahora y a medida que progresamos. Trata sobre el mal y los desafíos de la vida humana de manera eficaz y práctica, porque responde a la pregunta más importante: ¿Qué es Dios?

Ciencia y Salud como clave de las Escrituras, como guía para el pensamiento y la acción, como mentor para construir una relación sólida con mi Padre-Madre Dios, nunca me ha defraudado. Mi familia ha encontrado curación y dirección siempre que ha tenido un problema o consulta. Ciencia y Salud ha abierto para nosotros la frontera espiritual”.


“Mi primo fue el primero que me habló de Ciencia y Salud. Él había estado en prisión seis años por asesinato no premeditado. Salió de la cárcel completamente cambiado y reformado después de leer el libro. Recibí mi propio ejemplar de Ciencia y Salud en 1995 de otro primo. Yo había sufrido mucho de problemas de estómago y dolor en los ojos, por lo que comencé a leer el libro con mucho interés. Al continuar leyendo, Dios me dio entendimiento. El dolor comenzó a menguar lentamente. Incluso los ojos se fortalecieron lo suficiente como para permitirme continuar leyendo este libro. Desde ese momento mi vida cambió, y el temor a todo tipo de enfermedad, desapareció”.


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