La Práctica de la curación espiritual es quizás el elemento por el cual la Christian Science es más conocida. Pertenezco a la cuarta generación de Científicos Cristianos de mi familia, y muchas veces he sido testigo de la eficacia de esta Ciencia, por lo que estoy convencida de que funciona. Pero también entiendo que quienes no están familiarizados con ella bien pueden preguntarse cómo puede haber gente que confía en Dios para recuperar la salud.
Hace muchos años, tuve una experiencia que ilustró la eficacia de este sistema de curación. Un dentista me dijo que tenía que extraerme un diente, agregando que el procedimiento era muy sencillo. Acepté sin pensar mucho en ello. Después de la intervención, me dio algunos calmantes para que tomara cuando se me fuera el efecto de la anestesia (aunque yo estaba segura de que no iba a necesitarlos). Sin embargo, muy pronto comencé a sentir mucho dolor. Después de algunas horas, el dolor no cedía y me atemorizé tanto que decidí tomar el calmante. Pero en lugar de aliviarme, comencé a sentirme peor. De modo que simplemente soporté el dolor. A la mañana siguiente, llamé por teléfono al dentista, quien me dijo: "Bueno, no quise asustarla, pero le esperan varios días de dolor antes de que se sienta bien".
La identidad espiritual es perfecta...
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!