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Toda una vida para aprender

Del número de julio de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Uno de mis compañeros de la universidad tenía cincuenta años. En esa época yo tenía diecinueve, y pensaba que le resultaría imposible cumplir con las exigencias de la carrera, porque creía que la edad era determinante para el aprendizaje. Sin embargo a él le iba muy bien en las clases.

Las universidades han encontrado un interés cada vez mayor entre las personas jubiladas que quieren permanecer activas e incluso iniciar nuevas carreras. La Universidad de DuPage en Illinois, Estados Unidos, tiene un Instituto para Adultos que cuenta con 2.200 estudiantes. La mayoría tiene entre sesenta y cinco y más de noventa años. Entre las clases preferidas se encuentran Grandes Concertistas/ Grandes Compositores. Otros cursos incluyen ciencias sociales, democracia y economía mundial.Chicago Tribune, 13 de diciembre de 1999.

El Instituto para Adultos no es lo único que interesa a los estudiantes de edad avanzada. Hay más de nueve mil alumnos de más de cincuenta y cinco años anotados en los cursos normales de las universidades.Chicago Tribune, 27 de octubre de 1999.

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