Cuando Tenía 14 años, comencé a preocuparme mucho por mi cuerpo. Qué debía o no debía comer y los ejercicios que debía hacer. Pesaba 50 kilos, pero me veía gorda. Ni siquiera sé cómo empezó todo aquello, pero mi situación empeoraba a ojos vista. Comía cada vez menos y pensaba que eso era bueno para mí.
No me daba cuenta de lo que estaba sucediendo. Comencé a perder amigos y dejé de ir al gimnasio, donde solía practicar capoeira, que es un arte marcial típico de Brasil. Todos comenzaron a notar que algo andaba mal. Mis padres se preocuparon mucho y empezaron a orar por mí. También me mostraron pasajes de Ciencia y Salud que pensaban podrían ayudarme, pero yo no les prestaba atención. Me hablaban, pero yo no los escuchaba. Viví de esta forma durante cinco meses, durante los cuales llegué a pesar 36 kilos.
¡Me la pasaba pensando en el cuerpo!
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!