Hay Héroes nacionales cuyo ejemplo trasciende su época y se conoce más allá de los límites de su propio país. Uno de esos líderes es Benito Juárez de México, quien vivió entre 1806 y 1872. Su gracia, serenidad y propósito inamovible de defender los derechos del individuo, son un ejemplo de los ciudadanos notables que todo país posee.
Benito Juárez era un indígena zapoteca de origen humilde, quien a los tres años quedó huérfano. Sin embargo, tuvo la oportunidad de asistir a la escuela en Oaxaca, capital del estado del mismo nombre. Deseaba aprovechar toda oportunidad que le permitiera progresar. No obstante, no encontró compasión ni apoyo, porque el sistema educativo que lo rodeaba consistía en castigar los errores, en lugar de ofrecer adecuada instrucción a los alumnos. También había abierta discriminación en contra de las familias pobres. El esfuerzo de Benito por destacarse y superar las limitaciones que le imponían los sistemas sociales y educativos vigentes, dieron fundamento a su carácter. Con su perseverancia y carácter temerario se ganó el respeto de todos. Su apacible confianza en la supremacía de la honradez, finalmente triunfó sobre la injusticia. Él dedicó su vida a establecer y defender las leyes y proteger así los derechos del individuo, justicia para los de condición económica más baja, y una forma republicana de gobierno.
Juárez tuvo una destacada carrera política: fue Gobernador del Estado de Oaxaca y Presidente de la Suprema Corte de Justicia. Estando en este puesto se transformó en Vicepresidente de México. Y cuando el presidente renuncío a su puesto, Benito Juárez asumió la Presidencia.
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