Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Nada que esperar ni nada que temer

Del número de septiembre de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hace Un Tiempo, leí una lista de tendencias negativas asociadas con la llegada del nuevo milenio: falta de unidad, cinismo, rechazo de la autoridad y la creencia de que es necesaria la persecución. Al considerar estos elementos a la luz de la relación que tenía con mi hija Melinda en aquella época, me di cuenta de que esa lista describía lo que mi hogar era entonces.

Puesto que ninguna de esas condiciones proceden de Dios, no poseen causa real, por más que a veces parecen presentar bastantes problemas. Sólo Dios es la única causa y todo efecto real procede de esta causa única. Y puesto que Dios es el bien, todo efecto real también debe ser bueno. Las actitudes negativas que estaba viendo en mi hija y que yo misma a veces sentía, eran como una película con escenas exageradas, que aunque sabemos que son ficticias, parecen muy reales cuando las estamos viendo. De modo que ninguna de esas actitudes podía tener influencia sobre nuestra relación.

Mis motivos debían volverse más puros y mis acciones, más serenas y equilibradas

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / septiembre de 2001

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.