A Veces nos dejamos llevar por lo que hacen los demás por temor al rechazo.
En el liceo al que concurro es muy común que los chicos se droguen o fumen. Un día, mientras mi grupo de amigos y yo estábamos charlando, surgió el tema de las drogas y los cigarrillos. De todos ellos, la única que no fumaba marihuana era yo. Cuando me preguntaron si me gustaría probarla, aunque fuera sólo una vez, mi respuesta fue negativa y categórica. Pensé en ese momento que era importante mantenerme firme en mis principios. Nunca temí que me rechazaran por no hacer lo mismo que ellos.
Tiempo después, mis amigos me hicieron la misma pregunta nuevamente. Enseguida recordé una frase del Salmo 91 que dice: “...a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos”. Al instante, cambiaron el tema y todo siguió normalmente, como si nunca se hubiera planteado la pregunta.
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