Hace Dos Años, me costaba mucho caminar porque me dolía un lado de la cadera. Muy pronto me empezaron a doler ambos lados, a tal punto que un día salí con mi hija y tuve que sentarme a descansar mientras ella seguía con las compras.
Hacía un tiempo que escuchaba a varios de mis amigos y conocidos decir que habían tenido que operarse para que les pusieran una prótesis en la cadera. Recurrí a Ciencia y Salud y encontré lo siguiente: “El Científico Cristiano, comprendiendo de manera científica que todo es Mente, comienza a destruir el error con la causalidad mental, la verdad del ser. Ese correctivo es un alterante que llega a todas las partes del organismo humano. Según las Escrituras, sondea ‘las coyunturas y los tuétanos’, y restablece la armonía del hombre” (pág. 423). Y más adelante en la misma página continúa diciendo: “Los huesos tienen sólo la sustancia del pensamiento que los forma”. Mantuve estas declaraciones en mi pensamiento, sin pensar en la cirugía en ningún momento; sólo mi hija sabía de la dificultad. No sé bien cuándo se produjo la curación, pero un día me di cuenta de que estaba caminando perfectamente, sin ningún dolor, y el problema no ha vuelto a manifestarse.
El año pasado me caí en una escalera de piedra, y mientras caía sólo tuve tiempo para decirme a mí misma: “Dios está aquí”. Me ayudaron a ponerme de pie, y no me lastimé para nada, excepto por una pequeña raspadura en un tobillo. Estaba allí con una amiga que es enfermera, quien me dijo que era afortunada de no haberme quebrado la cadera. Sentí que esto confirmaba mi curación anterior.
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