Todos enfrentamos desafíos en nuestra vida diaria que a menudo se presentan sin previo aviso. En esas ocasiones, tratamos de enfrentarlos con los medios humanos a nuestro alcance. Pero cuando buscamos soluciones por medios espirituales podemos comenzar por saber que la verdad que viene de Dios está en operación en toda situación, por más serio que sea el caso. Al hacerlo, sentimos paz. Comprendemos que en realidad, sólo una Mente, Dios, tiene el control.
En las pequeñas cosas de mi vida diaria, como cuando estoy buscando algo que perdí o estoy llegando tarde a una cita y me encuentro manejando por una calle muy congestionada, trato de saber que la única Mente, Dios, está gobernando, que es “todosapiente”, y que va a responder a cada una de mis necesidades. Cuando oro de este modo, a menudo los artículos perdidos aparecen donde menos lo esperaba, y llego a mi destino a tiempo.
Cuando tengo problemas de relación con miembros de mi familia, amigos o conocidos, puedo sentirme tranquila en medio de airados pensamientos humanos, y expresar gratitud, ante todo, porque me tranquilizo al pensar en Dios y en Sus cualidades. Entonces soy guiada hacia la solución. Incluso si ésta no se manifiesta de inmediato, simplemente el saber que la situación se va a resolver, me trae paz, consuelo y valor.
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