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¡Hola, Kinshasa!

Del número de junio de 2003 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Mayal Tshiabuila atiende cordialmente mi llamada telefónica. La conexión se interrumpe cada pocos segundos y algunas de sus palabras no se oyen, pero él las repite cada vez que le pido que lo haga. De esta manera puedo entender todo su mensaje. Mayal Tshiabuila vive en Kinshasa, en la República Democrática del Congo. Lo llamo desde Boston, desde los estudios de radio de La Sociedad Editora de la Christian Science.

“¿Sabes una cosa, Luisella?” me dice él, “conocí la Christian Science cuando estaba por finalizar la universidad. Me llamó la atención un ejemplar de El Heraldo de la Ciencia Cristiana que le había traído un amigo a mi compañero de cuarto”.

“Ser alguien” era el título de un artículo de ese Heraldo, y él no lo ha olvidado jamás. Mayal anhelaba obtener respuestas para saber cómo convertirse en una persona importante, cómo adquirir rápidamente un hermoso automóvil y una posición de prestigio en la vida. En lugar de eso descubrió en ese artículo que en realidad ya era una persona importante y que poseía todo lo que necesitaba, porque Dios se lo había otorgado. Nunca había imaginado que existiera tal perspectiva sobre ese tema. Eso lo convenció totalmente.

La gente aquí quiere por sobre todo encontrar estabilidad, recursos y salud. La Christian Science tiene respuestas para estas necesidades. Lo que más llama la atención son las curaciones admirables que están ocurriendo gracias a la Christian Science; ha sanado a mucha gente de malaria por ejemplo, sólo por mencionar una de las enfermedades más difundidas aquí.

“Quería obtener el libro Ciencia y Salud que se anunciaba en la contratapa del Heraldo”, dice Mayal. “Pero en esa época (año 1979), el libro tardaba seis meses en llegar desde que se solicitaba. Mi compañero de habitación tenía un ejemplar, pero ¡no lo perdía de vista ni por un momento! Cuando Mayal finalmente recibió su Ciencia y Salud, ya había leído todos los otros escritos de Mary Baker Eddy, a los que tenía acceso.

Él vivía en Kinshasa durante el período en que el régimen político de su país prohibía la reunión de personas que no profesaran una religión “tradicional”. Dice Mayal: “Durante cierto tiempo, dejaron de emitirse las transmisiones locales de radio en nuestro país. Entonces la gente empezó a sintonizar otras frecuencias, como las de Radio Francia Internacional y la Voz de América. A menudo, al buscar estas estaciones escuchaban las transmisiones del Heraldo. ¡Y eso captaba su interés de inmediato! Puesto que el mensaje de estas emisiones es que el Consolador que Jesús prometió a sus seguidores, y que Mary Baker Eddy le dio el nombre de Christian Science, es para todos, y que todos, estemos donde estemos, podemos encontrar consuelo, protección y curación. Eso era lo que la gente necesitaba y han seguido el programa radial desde entonces”.

Mayal recuerda que después de 1994 (tras lo que él llama la “liberación política” de su país) hubo una explosión de interés en la Christian Science. Ciencia y Salud empezó a venderse en los mercados y, eventualmente, gente de todos los estratos sociales comenzó a adquirirlo y a hallar solución a sus problemas.

En ese entonces, según Mayal, personas de otras religiones en Kinshasa comenzaron a usar las ideas de Ciencia y Salud. Él cuenta que no es raro que los seminaristas o pastores pentecostales, por ejemplo, lean Ciencia y Salud o escuchen con regularidad las transmisiones radiales del Heraldo. Los conceptos de la Christian Science se han ganado un lugar en el pensamiento de muchas personas. Mayal agrega: “He participado en la Feria Internacional de Kinshasa durante tres años y esto me ha dado la oportunidad de presentar Ciencia y Salud y la Christian Science a un público aún mayor. A la Feria concurre toda clase de gente para exponer sus productos y negocios. A menudo la gente se detiene en nuestro stand para contarnos que escuchan las audiciones del Heraldo y que sienten como si ya nos conocieran y que se alegran de vernos. Es como si se encontraran con viejos amigos”.

¿Qué es lo que atrae a la gente de Kinshasa a la Christian Science? Mayal responde: “La gente de aquí quiere por sobre todo encontrar estabilidad, recursos y salud. La Christian Science tiene respuestas para estas necesidades. Lo que más llama la atención son las curaciones admirables que están ocurriendo gracias a la Christian Science; ha sanado a mucha gente de malaria por ejemplo, sólo por mencionar una de las enfermedades más difundidas aquí. También se han sanado de lo que podríamos llamar problemas causados por la brujería. Estas curaciones han tenido un efecto muy especial sobre la gente y son atraídas por el poder divino que cura aun estos casos tan difíciles”.

Cuando nuestra conversación finaliza, me despido de Mayal y dejo los estudios de la radio. Una vez más me quedo maravillada al ver que las necesidades de las personas parecen ser muy diferentes pero, en realidad, son bastante similares, y que Dios está constantemente respondiendo a esas necesidades con Su mensaje de consuelo y amor.

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