El Heraldo de la Christian Science comenzó a publicarse en abril de 1903, y desde ese primer número ha sido más que una revista. Ha sido una misión: la misión de transmitir al mundo las buenas y revolucionarias nuevas que se publican en el libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. La fundadora del Heraldo resume su misión en nueve palabras: “proclamar la actividad y disponibilidad universal de la Verdad” (Miscellany, pág. 353).
Si hubo alguna vez una publicación periódica que surgiera en respuesta a la demanda del público, ésa es el Heraldo. Durante varios años, los lectores de Ciencia y Salud en Alemania le rogaron a Mary Baker Eddy y a La Sociedad Editora de la Christian Science que editaran una publicación periódica en alemán.
Y Mary Baker Eddy respondió. Ya en el año 1900, pidió a los Fideicomisarios de la Sociedad Editora que lanzaran una publicación en alemán que se distinguiera de las revistas en inglés que ella había fundado: The Christian Science Journal, publicada mensualmente, y Christian Science Sentinel que se publica todas las semanas.
Mientras se Der Christian Science Herold, la Sra. Eddy ya estaba pensando en una publicación periódica en francés, a fin de que “los queridos trabajadores en esa parte del movimiento puedan recibir nuestra ayuda de igual manera que los de Alemania”.Eddy a William P. Mckenzie, Y en 1910 ella autorizó la traducción de Ciencia y Salud al alemán.
De manera que la intención de la Sra. Eddy era clara. La misión del Heraldo era anunciar al mundo que la Verdad está activa y disponible universalmente, en todo lugar, bajo toda circunstancia, para todo grupo de razas e idiomas. EL Heraldo debía proclamar que el Consolador, es decir la Christian Science, había llegado y estaba totalmente revelado en Ciencia y Salud.
Se trata de un mensaje de esperanza inconmovible, un mensaje que el mundo necesita hoy urgentemente. Ciencia y Salud afirma algo que nunca antes se había dicho en la historia de la humanidad. Declara que la Verdad, o Dios, es universal y suprema. Que ÉI ama a cada uno de Sus hijos de igual manera, espiritual y completamente. “EI Dios de la Ciencia Cristiana es el Amor divino, universal eterno, que no cambia”, dice Ciencia y Salud, “y que no causa el mal, la enfermedad ni la muerte” (pág.140).
Ésta es una noticia para cambiar el mundo. Significa que la justicia del Amor divino es en realidad una ley omnipotente. Una ley que proscribe el mal. Una ley que sana la desesperación, la enfermedad, la corrupción, las economías. Una ley que trae paz universal. Una ley a la que cualquiera puede recurrir, en cualquier lugar, por ser “el remedio universal y perfecto” (Ciencia y Salud, págs. 393–394).
No obstante, un remedio necesita ser usado. “EI remedio universal y perfecto” de la Christian Science necesita ser conocido y reconocido por lo que es, si es que la humanidad ha de llegar a sentir ese alivio que tanto necesita.
Y es allí donde converge la misión del Heraldo. EI Heraldo existe para hacer divulgar la noticia sobre este remedio universal, para proclamar lo que la humanidad tiene en la Ciencia del Cristianismo y en el presente que Mary Baker Eddy dejó en Ciencia y Salud.
En sus primeros 100 años, el Heraldo, en su formato impreso y radial, ha cumplido lealmente con esta misión en unos 12 idiomas. Ha contado relatos de cómo gente de todas partes se está beneficiando con “el remedio universal”. Y ediciones especiales del Heraldo han contado estos relatos en ruso, turco, chino, albano, así como en el Heraldo para Jóvenes y en Mi Heraldo para niños.
Hace unos años mi trabajo me llevó a visitar varios países donde se lee el Heraldo. Conocí gente que vive la Ciencia del Cristianismo desde pematang Siantar, Indonesia, a EI Bolsón, Argentina; de Lausana, Suiza, a Helsinki, Finlandia. Es la vida de esta gente lo que anima las páginas del Heraldo. Y la voz del Heraldo es de gran ayuda a la humanidad para que encuentre el mensaje invalorable de Ciencia y Salud.