Una vez estaba esperando el trolebús en Karlsruhe, Alemania, cuando vi en una plaza cercana un exhibidor que me llamó la atención. Al ver que se promocionaba allí el libro Ciencia y Salud me sonreí, pues yo era fisioterapeuta de profesión y había estado vinculada a la curación natural y a la ciencia mental durante décadas. Sabía que lo leería, entonces lo compré.
Me gustó mucho el título, Ciencia y Salud, ya que, en mi opinión, la salud se relaciona con la investigación; no es algo estático o pasivo. Considero que la salud es el estado natural del hombre. En mi carrera profesional me interesaba trabajar con el potencial que todos tenemos para estar sanos, no enfermos, para preservar la vida y disfrutar de ella. De modo que partí de la base de que la salud es algo inherente al potencial y a la individualidad de todas las personas.
Ciencia y Salud estaba escrito en términos religiosos y su vocabulario me era desconocido, entonces lo dejé de lado.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!