Supe de Ciencia y Salud leyendo libros de autoayuda. Un amigo que tenía un profundo interés en la metafísica me dijo que la Christian Science presenta a Dios como el único poder, omnipresente, omnipresente, y omnipotente. Yo estaba de acuerdo con esa declaración, por lo que decidí visitar una iglesia de Cristo, Científico, y comprar un ejemplar de Ciencia y Salud y una Concordancia para estudiar este libro.
Al comenzar a leerlo, sentí que había encontrado respuesta a mis interrogantes y acceso directo a Dios. Mi vida se vio transformada en muchos sentidos. Fue sorprendente descubrir que el cielo es un estado de conciencia y no un lugar. De esto aprendí que para vivir en paz, conmigo misma y con los demás, tengo que tratar de lograr un estado de conciencia libre de temor, que solo cree en el bien y que reconoce que Dios me ha creado espiritualmente con todo lo que necesito. Me gustó comprobar que Dios es Amor y no castiga.
Fue también notable aprender a sanarme a mí misma de manera rápida y permanente. En una ocasión tuve un dolor agudo, que por los síntomas parecía ser apendicitis. Mi esposo quería llamar al médico, pero yo sabía que sólo Dios, la Vida, tiene poder sobre mi existencia. Le pedí que me leyera algún pasaje de Ciencia y Salud. Comprendí que podía eliminar la enfermedad y el dolor si mi pensamiento cambiaba y me veía a mí misma como la hija de Dios, espiritualmente perfecta. La curación fue instantánea y el dolor jamás regresó.
En otra ocasión, tenía síntomas de estar padeciendo de una inflamación en los ovarios. Estudié Ciencia y Salud y llegué a la conclusión de que Dios, la Vida, me da salud a mí y a todos Sus hijos. Era necesario que reconociera que Él es mi vida. Puesto que Dios es omnipresente, no hay ningún lugar donde Él no esté. Pensando de esta forma, me sané.
El ambiente de mi empresa también cambió. Todos los lunes por la mañana oramos juntos en silencio. Luego repetimos el Padre Nuestro en voz alta, y posteriormente leemos pasajes de la Biblia y Ciencia y Salud. Esto nos pone a todos en la misma línea de pensamiento, es decir, reconocemos que estamos allí para servir a Dios. Aun los empleados que al principio se mostraban escépticos, comenzaron a tener más fe en el poder de la oración cuando vieron que las cosas funcionaban bien. Un empleado me dijo que en una ocasión no se sentía bien, pero que después de orar, se sintió inspirado por las ideas que se compartieron en la reunión y se sanó.
Cada vez que necesito contratar a un empleado, oro para reconocer que Dios enviará a la persona adecuada para cumplir Su labor. Oro además para abrir mi conciencia a la sabiduría divina, de modo que todos mis pensamientos, gestos y acciones expresen al Cristo, como Jesús hacía.
Hace poco tuvimos que desarrollar una gran campaña y necesitábamos otro empleado. Pensé: “Si Dios se expresa en la forma de un cliente, también lo hará en la forma de un empleado”. Oré, esperé. Cuando me sentí en calma revisé mi correo electrónico. Allí encontré que tres personas me habían enviado sus currículum vitae. Ese mismo día llamé a todos los candidatos, los entrevisté y contraté a uno de ellos. Por trabajar en un campo creativo, a menudo les digo a mis empleados que las ideas que necesitamos ya están establecidas en el Espíritu, y que nosotros somos una vía a través de la cual Dios puede expresarse. Nuestros clientes siempre quedan satisfechos con los productos que les ofrecemos.
En una época mi empresa atravesó una crisis financiera. Al principio, procuré competir en forma agresiva con las grandes compañías. Si bien hice muchas propuestas, no pude concretar ninguna transacción. Cuando realmente entendí que la empresa no era mía, sino de Dios, y que nuestro propósito tenía una base espiritual y ya había sido establecido por Él, la situación cambió y se abrieron muchas puertas. Ahora yo misma elijo a mis clientes. Trabajamos únicamente para compañías con buena reputación.
Creo que el éxito de una empresa es consecuencia del servicio que presta. El objetivo de abrir y mantener una actividad comercial debería ser servir a Dios y expresar amor, y no meramente ganar dinero. Considero que la senda espiritual de una empresa es como una caja de ahorros, de la cual se puede extraer lo que uno ha depositado, además de los intereses. Cuando dedicamos unos minutos al día a escuchar serenamente a Dios y a estar en paz, las oportunidades aparecen.
Me siento muy feliz de vivir en el “ahora” y no pensar en los dolores del pasado. Ciencia y Salud tiene respuestas para todas nuestras preguntas y ansiedades. Mediante el estudio de este libro, he aprendido que si busco primeramente el reino de Dios, encontraré los medios para obtener todo lo que es realmente necesario. (Mateo 6:25–33)